Debido a mi afán curioso decidí leer sobre cuánta basura basura genera una persona diariamente, y la verdad es que parece que he encontrado una respuesta bastante convincente.
Según diversos estudios el español medio produce cerca de 2 kilos de basura diariamente, o un total de 13 kilos a la semana (726 kilos anualmente). No obstante estas cifras solo contemplan los residuos generados por cada miembro de un hogar, dejando de lado la enorme cantidad de deshechos industriales o basura comercial.
Quizá dichas cantidades resulten asombrosas y penséis que en España no se posee una conciencia apropiada para generar menos basura, pero, considerando que en Méjico el individuo medio produce un 30% más de residuos, pareciera ser que la conciencia social no se encuentra en un estado tan crítico.
Para plasmarlo de alguna manera bastaría con unos simples ejemplos: con la basura producida únicamente por Estados Unidos (EEUU) se podría formar una línea hasta la Luna de camiones cargados de la misma. Los estadounidenses descartan tales cantidades de aluminio suficientes para duplicar toda su flota aérea comercial.
La mayoría de los deshechos que van a dar a los rellenos sanitarios se tratan de envases, especialmente en la forma de contenedores de comida rápida. Pero las bolsas de papel de oficina, pañales desechables, espuma de poliestireno y plásticos también constituyen un porcentaje importante de la producción total de residuos. De hecho, los residuos de papel conforman alrededor del 35% del total del material en los vertederos. Considerando que gran parte de los mismos podría ser reciclada el problema de la saturación de los rellenos sanitarios es fácilmente evitable.
En definitiva, el reciclaje es una parte fundamental en la solución al problema de la basura. Los periódicos, los envases de aluminio y algunos plásticos pueden ser reciclados para su utilización futura en una forma diferente, lo que también ahorra espacio en los vertederos. Otra manera de ayudar con el problema de los residuos es reducir la cantidad de basura que producimos. Esto puede lograrse comprando menos elementos prescindibles, o en envases más pequeños, o simplemente reutilizando los que ya tenemos. La donación de aquellos objetos que ya no se utilizan también ayuda, ya que, en vez de ser descartados, la ropa de segunda mano, los equipos electrónicos y los muebles pueden cederse a otras personas, extendiendo su vida útil.
Hay que dejar claro que esta responsabilidad es claramente individual, al menos en mi opinión.
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