jueves, 17 de noviembre de 2011

Y también infelicidad africana

A primera vista, el peso de África no parece determinante en la producción petrolera internacional. Entonces, ¿por qué se produce actualmente esta avalancha internacional? Existen tres razones fundamentales que lo explican:


En primer lugar, gracias al descubrimiento de nuevos yacimientos y a la explotación intensiva de los ya existentes. África es el continente donde la producción petrolera aumenta más rápidamente. Las expectativas de las empresas y de los Gobiernos se deben asimismo a otro dato récord: se trata de la región del mundo donde hay un menor consumo de recursos petrolíferos.

En segundo lugar, la producción africana se concentra en la costa mediterránea (principalmente en Argelia y en Libia) y en el golfo de Guinea. Aquí, al lado de exportadores tradicionales tales como Nigeria, Camerún, Gabón y Angola, los últimos diez años han visto cómo Guinea Ecuatorial aumentaba sus exportaciones, y lo mismo ha ocurrido en Santo Tomé y Príncipe. Actualmente, todas las miradas convergen hacia el golfo de Guinea y su petróleo de muy buena calidad. Además, la mayoría de los nuevos yacimientos se encuentran en el mar, lo que disminuye el coste del transporte hacia  Estados Unidos y, sobre todo, mejora la seguridad de los lugares de extracción, al ser más fáciles de proteger.

En tercer lugar, las cifras globales de la producción africana actual no son representativas de la importancia que esta tiene para países tales como Estados Unidos o China. El petróleo de África representa el 20% de las importaciones estadounidenses, y se espera que sea de un 25% para el próximo año 2015.

La avalancha mundial sobre las materias primas africanas plantea dos problemas: el de la relación entre recursos naturales y democracia y el de la naturaleza de la integración de los países africanos en la globalización. Tanto el Gobierno chino como el norteamericano manifiestan una voluntad de consolidar los regímenes establecidos antes que de asumir los riesgos (y los costes) de un proceso real de democratización en África. Por lo demás, Estados Unidos ha reforzado su presencia militar.


Catalogada como la cenicienta de la globalización, el África subsahariana se halla en el centro de una fuerte competencia entre viejas y nuevas potencias, relativa a los derechos de explotación de los recursos energéticos, principalmente el petróleo. Pero, al igual que en las otras regiones productoras, nada indica que este "boom" vaya a beneficiar a las poblaciones.

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