miércoles, 27 de enero de 2016

Entrevista a Rosa Martínez

Ya ha pasado más de un mes desde las elecciones generales del día 20 de diciembre. Las mismas supusieron el fin del bipartidismo en la política española, y, por tanto, también el fin de las 'antidemocráticas' mayorías absolutas.

Nuevos partidos han accedido al Congreso de los Diputados, y yo tengo el placer de entrevistar a Rosa Martínez: diputada de EQUO (Podemos) por Bizkaia. Todo un privilegio que espero que vosotros/as también disfrutéis.
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Es la primera vez que entrevisto a una diputada del Congreso, después de hacerlo con Gaspar Llamazares cuando era diputado por Izquierda Unida (IU). Por tanto, Rosa, he de decirte que tengo muchas ganas de comenzarla. Allá vamos:


Somos Parte

No es tan habitual que una politóloga termine siendo política. Actualmente los escaños están ocupados sobre todo por juristas y por economistas. ¿Por qué crees que ocurre?

Rosa Martínez

En realidad, hasta ahora la mayor parte de las personas que entran en política son funcionarios de carrera, y juristas y economistas predominan entre los técnicos superiores. Hay muchas razones que pueden explicar por qué la administración es la cantera de las élites políticas. Una de ellas es que la aventura política no supone un riesgo en su carrera profesional, pues siempre pueden volver a su puesto de trabajo, algo que en la empresa privada no ocurre. Sin embargo, creo que mucha gente de la que hemos entrado en el parlamento en esta legislatura rompemos con esa tendencia de que la política solo se puede hacer desde un cierto bagaje profesional y educativo.

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Según explicas en tu presentación en tu página web, fuiste uno de los cerebros que se nos marcharon al extranjero. Escribes textualmente que te “asfixiaba la Facultad”. ¿Te sentías identificada con todos/as los/as jóvenes que también se han tenido que ir debido a que veían que su amplia formación no les proporcionaba trabajo alguno?

Rosa Martínez

La situación era diferente. Yo me fui a finales de los años 90, y no me vi obligada por falta de oportunidades. Sentía que había algo más que aprender y que vivir fuera de la línea 'facultad-master-trabajo', que era más o menos la lógica de las personas que nos licenciábamos en aquellos años. Encontrar trabajo no era automático, pero acababas encontrando algo. Me fui para un año y me quedé más de cuatro; porque sí, había más oportunidades y mejores condiciones de trabajo. Algo que era muy evidente en el campo de la ingeniería, donde los puestos que se ofrecían eran más punteros y con unas condiciones impensables en España para alguien recién salido de la facultad

Somos Parte

El caso es que regresaste, y, en el pasado año 2011, comenzaste con tu militancia en EQUO. ¿Qué fue lo que te llamó de este partido para ser el primero al que pertenecieras?

Rosa Martínez

EQUO me atrajo por dos razones: una, la horizontalidad y la democracia interna de una organización nueva, en la que habría igualdad de oportunidades y posibilidad de ser escuchada (algo impensable en los partidos existentes hasta entonces). Y dos, el discurso, por supuesto. Al leer el manifiesto, sentí que por fin alguien ponía en el mismo nivel y de una manera interrelacionda la democracia, los derechos y la sostenibilidad. Me cuadraba con lo que yo sentía que tenían que ser la política. Luego supe que esa manera de ver las cosas se llamaba ecología política, y era la que los verdes llevaban años defendiendo.

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Además de politóloga, te consideras ecologista. De hecho, serás la primera mujer de un partido declarado como ecologista en la historia del parlamento español. Una mezcla entre alegría por conseguirlo y de pena porque en el año 2016 esto aún no haya ocurrido, ¿no crees? ¿Cuál piensas que es el papel del ecologismo en España en comparación con otros países de Europa?

Rosa Martínez

Ser ecologista no es un 'además', sino algo que vertebra tu visión del mundo, de la sociedad y de la política. El papel del ecologismo en España debe ser el mismo que en cualquier país del mundo: ayudar a construir un nuevo modelo productivo y de consumo, que asegure los derechos de las personas respetando los límites del planeta. Y en España, concretamente, eso pasa prioritaria y urgentemente por la transformación del modelo energético. Los grandes retos planetarios: pobreza, cambio climático, migraciones, paz y seguridad, están directamente relacionados con la ecología.

Somos Parte

¿Cómo será la Rosa Martínez que podremos ver en la Cámara Baja?

Rosa Martínez

Pues no será muy distinta a la que soy en actos o en reuniones políticas, o en mi vida personal. La política tiene que salir de los encorsetamientos protocolarios, de las líneas de liderazgo marcadas por asesores políticos, y moverse en la naturalidad. La cercanía, las sonrisas, el lenguaje y el tono amables no restan ni un ápice de firmeza ni de eficacia. Es más, creo que un discurso y unas formas amables son más difíciles de rebatir porque no estamos acostumbrados a confrontar desde la amabilidad, y el ejemplo perfecto es Manuela Carmena. "Aspiro a ser tierna y subversiva", como decía Petra Kelly.

Somos Parte

Por fin se hablará de ecologismo en el Congreso de los Diputados. Quizá el debate más censurado y a la vez el más importante de todos. ¿Qué es lo que ha ocurrido en la política española para que hayamos llegado a esta opacidad?

Rosa Martínez

El debate ecologista no solo es silenciado y obviado en España, sino en mayor o menor medida en todos los países desarrollados, cuyas economías y los beneficios de sus empresas dependen de la explotación de los recursos naturales sin ningún tipo de control o de criterio de sostenibilidad. Eso se ve claramente en EEUU: los 'lobbys' petroleros y neoliberales han luchado durante años por silenciar y desprestigiar los movimientos contra el cambio climático. Si no interesa el debate ecologista es porque pone en entredicho el corazón mismo del sistema capitalista, que al final, no lo olvidemos, es el que genera las grandes desigualdades del mundo. Y la política, una vez más, se ve sometida y controlada por los grandes poderes económicos a los que un sistema económico con criterios ecológicos les haría perder su preeminencia sobre los derechos de las personas.

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Tres son los diputados que EQUO consiguió en las elecciones del pasado día 20/12/2015. Claramente ha sido beneficiado por su unión a la candidatura de Podemos, pues en las elecciones del año 2011 obtuvo más de 215.000 votos (el mío fue uno de ellos) y se quedó sin un escaño. La pésima Ley Electoral se cebó con vosotros/as entonces, al igual que esta vez lo ha vuelto a hacer con Izquierda Unida (IU). ¿Qué crees que se debe de cambiar al respecto?

Rosa Martínez

La reforma de la ley electoral es una de las prioridades para hacer nuestro sistema político más democrático. Los desequilibrios poblacionales hacen que la circunscripción de la provincia no sea válida para representar la diversidad de la sociedad española en el parlamento, ni que todos los votos valgan lo mismo. Un sistema electoral nacido para asegurar mayorías y dar estabilidad en los inicios de la etapa democrática ya no tiene sentido en una sociedad dinámica, compleja y políticamente mayor de edad.

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A otra cosa. Durante el mes de diciembre te leí escribir en Twitter acerca de la Cumbre del Clima de París. Parece que la misma terminó con un mensaje de esperanza, pero no sería la primera vez que se convierte en papel mojado. Tenemos el ejemplo del Protocolo de Kioto. ¿Crees que debemos de ser optimistas o que no nos debemos de fiar ni un pelo?

Rosa Martínez

El acuerdo de la COP21 es mucho más de lo que se esperaba, pero mucho menos de lo necesario. El que sea un acuerdo alcanzado por más de 190 países, que reconozca la necesidad de actuar para mantener la subida de la temperatura por debajo de los 2ºC es un gran logro. Pero es un fracaso la falta de objetivos concretos y vinculantes para los países, y sobre todo que se fíe la reducción de emisiones a la tecnología y no a dejar de utilizar los combustibles fósiles. La Cumbre del Clima abre la puerta a la acción política y a la presión ciudadana, pero deja a la voluntad de los gobiernos el cumplimiento y los plazos de actuación. Es nuestra responsabilidad, la de los cargos institucionales del cambio en todos los niveles, como de la sociedad civil presionar para que la acción climática sea una prioridad e impregne todas las políticas: la energética, la económica, la industrial, la de movilidad e infraestructuras, etc.

Somos Parte

La COP21 comenzó eclipsada por los atentados de París. Hablar de ellos es también hablar de Medio Ambiente. Hace tres años escribí un artículo llamado Guerra también ambiental, en el que explicaba la evidente relación entre los conflictos bélicos y el cambio climático. ¿Piensas que la guerra que Francia ha declarado contra el ISIS y los continuos bombardeos en Oriente Medio son compatibles con el acuerdo firmado entre brindis y aplausos?

Rosa Martínez

Desde verano, las personas refugiadas que huían de Siria, y la paz y la seguridad en Oriente Medio han estado en el centro del debate político y mediático. Pero lo han hecho desde una perspectiva de 'problema' para Europa, y no como consecuencia de una serie de factores interrelacionados. Durante estos meses he reflexionado sobre el origen climático de la guerra de Siria, la figura de los refugiados climáticos, o como un cambio en el modelo energético puede ayudar a reconfigurar los equilibrios geopolíticos en Oriente Medio. Y la conclusión, tal y como decía más arriba, es que una política decidida contra el cambio climático tendría un impacto muy positivo en las causas que están generando los grandes problemas de la humanidad: pobreza, movimientos migratorios forzados o conflictos bélicos, íntimamente relacionados con el calentamiento global y el sistema económico y energético que lo produce.

Somos Parte

Escribiste un artículo en 20 minutos donde argumentabas que la crisis climática conllevaba también una crisis de género. Afectaba más a la mujer que al hombre debido a su mayor pobreza. ¿Cuál debe de ser el papel de la mujer (si es que existe alguna diferencia con el del hombre) para luchar contra el calentamiento global, Rosa?

Rosa Martínez

En primer lugar, debemos de tener claro el enfoque desde los derechos en la lucha contra el cambio climático y la perspectiva de género. Esto del cambio climático no es solo una cuestión medioambiental, sino también de justicia social. El segundo punto, que ha sido también uno de los puntos calientes de la negociación, son los fondos necesarios para la mitigación y la adaptación al cambio climático. Necesitamos recursos, sí, pero un reparto ajustado a las necesidades: solo el 30% de los fondos disponibles van a los países que más lo sufren (los empobrecidos), y donde más sufren las mujeres. Y, por último, las mujeres tienen que estar representadas en los órganos y procesos de decisión de la acción climática, donde su presencia  es muy minoritaria.

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Muchos/as hablan de que la tendencia no cambiará hasta que no cambie la sociedad de consumo. Pretender un crecimiento infinito en un planeta con recursos finitos, ¿no es una locura?

Rosa Martínez

Kenneth Boulding, un economista ecológico, dijo que quien pensara eso o era un loco o un economista. La realidad es que, a día de hoy, nuestro modo de vida consume recursos naturales a mayor velocidad de lo que nuestro planeta es capaz de regenerarlos. Es como si estuviésemos sacando dinero de nuestra cuenta de ahorro, sin hacer ningún ingreso: nuestros recursos se acabarán. Esta explotación de recursos naturales, con el único criterio del beneficio económico, no solo afecta a la vida que tendrán nuestros hijos e hijas, sino que también es causa de la desigualdad y pobreza en la que vive la mayor parte del planeta, y que desde hace unos años está instalándose de manera estructural en nuestras sociedades.

Somos Parte

Algunos/as de tus ‘colegas’ apuestan por el desarrollo del empleo verde. ¿No es también una manera de continuar con un problema que debe de ser cortado de raíz? Yo, personalmente, considero que para llevar a cabo acciones responsables con el Medio Ambiente no ha de recibirse retribución alguna, sino que debe de ser nuestra responsabilidad. Más que nada porque, en el momento en el que falte dicha retribución, esas acciones se dejarán de realizar.

Rosa Martínez

Son dos cosas distintas. Por un lado, la creación de empleos verdes que nos permitan reducir nuestro consumo de energía y apostar por sectores sostenibles que creen riqueza social y ecológica además de económica, es una pata fundamental del cambio de modelo productivo, que además permitiría solucionar el problema del paro. Por otro está, como llevar a cabo una acción política responsable con el medio ambiente que asegure el uso justo, democrático y sostenible de los recursos. Aquí hay un cambio cultural por hacer en el que la sociedad (personas, empresas, instituciones, organizaciones, etc.) tienen que entender que el respeto al medio ambiente es el único camino para que se respeten los derechos de las personas, y que las ganancias sociales son a medio plazo mayores. Este cambio tiene que incentivarse, pero sobre todo tiene que apoyarse y dirigirse con legislación y con voluntad política de que se cumpla.

Somos Parte

Por último, y como suelo hacer en mis entrevistas, me gusta dejar un espacio a la persona entrevistada para que envíe un mensaje a todos/as aquellos/as que nos van a leer. Lo que quieras, pues. Todo tuyo.

Rosa Martínez

Creo que la llegada al Congreso de EQUO, de un partido ecologista o de personas que defendemos hacer política desde la ecología no puede desligarse del momento político en el que nos encontramos, y del deseo de cambio de una parte importante de la sociedad española. El mensaje de cambio de Podemos se basa sobre todo en los ejes de democracia y la justicia social: la democratización de nuestro sistema político es un instrumento, los derechos el objetivo último; pero la tercera pata es el cambio de modelo productivo y de consumo. A día de hoy, la economía rige todos y cada uno de los aspectos de nuestra sociedad, cambiar el mundo pasa por cambiar el sistema económico. Luchar contra la desigualdad pasa por eliminar la causa última que la genera: un sistema explotador de recursos y personas, que ha conseguido poner a nuestras democracias a su servicio. Y en este sentido, los verdes tenemos mucho que aportar al momento de cambio que estamos viviendo. 

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Desde esta humilde iniciativa deseo a Rosa la mayor de las suertes en esta nueva etapa que ha emprendido. Ilusión y alegría. ¡Podéis!

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