Aunque mucha gente no lo sepa, la
contaminación ambiental (y no solo la ambiental) perjudica gravemente a nuestra
salud y a la de todas las personas que nos rodean. Hasta el punto de que hace
pocos días la revista GEO preparó un artículo en donde afirmaba que vivir en la
ciudad incrementaba hasta en un 40% las posibilidades de contraer cáncer frente
a vivir rodeado de la Naturaleza.
La contaminación del aire ha sido un
problema de salud pública desde el descubrimiento del fuego. En la antigüedad
las personas encendían fogatas en sus cuevas y cabañas, y frecuentemente
contaminaban el aire con humo nocivo. El filósofo romano Séneca escribió sobre
el "aire cargado de Roma" en el año 61 a. C., y en el siglo XI se
prohibió la quema de carbón en Londres.
El origen de nuestros problemas modernos
de contaminación del aire puede remontarse a la Inglaterra del siglo XVIII y al
nacimiento de la revolución industrial. La industrialización comenzó a
reemplazar las actividades agrícolas y las poblaciones se desplazaron del campo
a la ciudad. Las fábricas, para producir, requerían energía mediante la quema de
combustibles fósiles, tales como el carbón y el petróleo. Desde 1957, y a raíz de
una conferencia en Milán sobre los aspectos de salud pública relacionados con
la contaminación del aire en Europa, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
se ha preocupado por este tema, especialmente por sus efectos sobre la salud. A
continuación los explico:
La contaminación del aire tiene un
efecto directo sobre la salud humana. En casos extremos ha causado muertes
como resultado de la combinación de características geográficas inusuales con
factores climáticos. La exposición a contaminantes del aire puede causar
efectos agudos (a corto plazo) y crónicos (a largo plazo). Normalmente
los efectos agudos son inmediatos y reversibles cuando cesa la exposición al
contaminante, siendo los más comunes la irritación de los ojos, el dolor de
cabeza y las náuseas. A veces los efectos crónicos tardan en manifestarse,
duran indefinidamente y tienden a ser irreversibles. Incluyen la disminución de
la capacidad pulmonar y el cáncer debido a un prolongado período de exposición
a contaminantes del aire. Aunque los contaminantes pueden afectar a la piel, a
los ojos y a otros sistemas del cuerpo, el principal perjudicado es el sistema
respiratorio.
La contaminación del aire ocurre tanto
en exteriores (ambiental) como en interiores. Los efectos de la contaminación
del aire sobre la salud varían enormemente de persona en persona. Los más
afectados son los ancianos, los lactantes, las
mujeres embarazadas y los enfermos crónicos del pulmón y del corazón. Las
personas que hacen ejercicio al aire libre también son propensas, pues
respiran más rápida y profundamente, lo que permite el acceso de más agentes
contaminantes a los pulmones. Los/as corredores/as y los/as ciclistas que se ejercitan
en áreas de gran tránsito pueden estar causándose más perjuicio que beneficio.
Esto último puede resultar paradójico cuando pensamos
que la contaminación ambiental es realmente producida por el ser humano, y a
la vez es uno de los más perjudicados por la misma. Creo que, pensando en
nosotros/as y no solo en la Naturaleza, los factores indicados anteriormente
son lo suficientemente razonables como para actuar. Es tu salud, es mi salud.
Información muy interesante!
ResponderEliminarMuchas gracias! Me alegro de que así te haya parecido. =)
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